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jueves, 5 de diciembre de 2019

Afuera es un lugar de Arena en los bolsillos, teatro para bebés y primera infancia en la Quinta de los Molinos

El Espacio Abierto Quinta de los Molinos se ha convertido en un firme referente de la programación estable de calidad orientada a público familiar en la capital. No hay estación ni fin de semana que no apetezca adentrarse en el bosque y seguir el caminito  hasta llegar a esa ilusionante casa de las artes y los juegos para descubrir la nueva sorpresa que aguarda en su coqueto auditorio. Como en el cuento de Hänsel y Gretel, pero con golosinas escénicas. La cuidada selección de compañías invitadas y la diversidad de las propuestas dan idea del rebullir creativo y el gran momento que atraviesa el teatro para la infancia y la juventud. Casi se hacen innecesarias las recomendaciones: prácticamente todo lo que allí se ofrece es bueno, bonito y barato.

Un momento del espectáculo Afuera es un lugar
Los próximos días 7 y 8 de diciembre es el turno de la compañía Arena en los bolsillosespecializada en el trabajo para bebés y primera infancia, que inauguró este espacio hace poco más de un año con Pequeña Max, su celebrada fábula sobre la discapacidad y la diferencia (nosotros la vimos en primavera dentro del ciclo Rompiendo el cascarón del Centro Cultural de la Villa y aún conservamos las plumas de colores con las que echar a volar...)

Ahora repiten en la Quinta con su segundo espectáculo, Afuera es un lugar, variaciones sobre los primeros contactos de un niño con la naturaleza al separarse de su madre, a quien vemos presa tras los barrotes de una celda. Inspirada en las vivencias de los menores internos en prisión, y aunque puede parecer un tema duro para niños tan pequeños (el público al que se dirige la compañía es de 1 a 4 años), aborda esta realidad desde la ternura, el descubrimiento del mundo exterior y la celebración de la libertad.


Un momento del espectáculo Afuera es un lugar
Arena en los bolsillos, y en el pelo, y en el envés de las uñas, y en los pliegues del ombligo... Qué niño o niña no ha llegado a casa completamente rebozado después de una jornada en el parque, el campo o la playa. El propio protagonista de esta historia se la lleva a la cara con intención de bebérsela, provocando las risas del joven público. Pero tiene disculpa; ha estado encerrado entre cuatro paredes y una ventana, y es la primera vez que la toca. Desvelar la belleza a través del juego es el motor de trabajo de esta compañía granadina (ay, qué tendrá Granada para ser cuna de tantos y tan buenos titiriteros), que comenzó su andadura en 2008 con el impulso de Elisa Vargas e Iker Pérez, y hoy lleva deleitando ya a tres generaciones de pequeños-nuevos espectadores.

Un momento del espectáculo Afuera es un lugar
Afuera es un lugar nos recuerda en su inicio al famoso diálogo de las Figuras de Pámpanos y Cascabeles de El Público de Lorca:

 ¿Y si yo me convirtiera en hormiga?
 Yo me convertiría en tierra.
 ¿Y si yo me convirtiera en tierra?
Yo me convertiría en agua.
¿Y si yo me convirtiera en agua?
Yo me convertiría en pez luna.

Y a una conversión asistimos, la del bebé en niño, la de la ignorancia en hallazgo, la de la privación inhóspita al paisaje acogedor... Los actores Iker Pérez y Francisco Javier Martín se alternan en la manipulación de objetos y personajes y acompañan los movimientos de ese niño entrañable, alegre y vivaz, abriéndole el paso y los ojos y envolviéndonos a todos en una especie de ensoñación.
La imponente escenografía -una maternal montaña despiezada que parece la escultura de una venus paleolítica- sirve con audacia a la narrativa creando un espacio mágico; en sus recovecos el niño va encontrando pistas y sugerencias sobre cómo funciona el mundo. Es posible acariciar las nubes con la punta de los dedos, adivinar en ellas formas de luz, rozar el vuelo de los pájaros con el flequillo, asomarse al mar... Y volver, después de la aventura, al hogar que son los brazos de la madre.

Un momento del espectáculo Afuera es un lugar
La obra se ha hilado bajo la mirada sabia de Rosa Díaz, de La Rous Teatro, recientemente distinguida con el Premio ASSITEJ España 2019, y Premio Nacional de Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud en 2011, lo cual es sin duda otro aliciente. 

No llueven del cielo las giras nacionales e internacionales que viene realizando esta compañía desde hace años; son fruto del compromiso por brindar a los niños sus primeras experiencias artísticas, por despertar la curiosidad y los sentidos desde una poética visual. Tienen algo especial; vayan con sus peques a comprobarlo y a encandilarse.

AFUERA ES UN LUGAR

Producción: Arena en los bolsillos
Autora: Elisa Vargas
Intérpretes: Iker Pérez y Francisco Javier Martín
Composición musical: Mariano Lozano-P
Diseño de iluminación: Juan Felipe Augustín
Dirección: Rosa Díaz
Funciones
Sábado 7 de diciembre a las 17:30 h.
Domingo 8 de diciembre a las a las 11 h., a las 12:30 y a las 17:30.

Edad recomendada: De 1 a 6 años
Duración: 45 minutos

P.D.: Imperdible también la función programada el siguiente fin de semana, Vida, de Javier Aranda, otra genialidad contada mano a mano con títeres de puño y hueso que nacen, se reproducen y mueren con mucho humor.

miércoles, 27 de noviembre de 2019

A mano y Hubo, teatro familiar de pequeño formato de la mano de El Patio

La compañía riojana El Patio visita Madrid este mes de diciembre con dos propuestas de teatro familiar de pequeño formato: A mano, un retablillo de títeres de cerámica y objetos que podremos disfrutar el próximo fin de semana (30 de noviembre y 1 de diciembre) en Espacio Abierto La Quinta de los Molinos, y Hubo, fábula gestual sobre los pueblos vaciados que estará en el Teatro de la Abadía del 27 al 29 de diciembre. Una oportunidad fantástica para descubrir a esta compañía volcada en lo artesanal, que en cada nuevo trabajo revela la grandeza de lo minúsculo, la magia de lo cotidiano, la hermosura que se esconde en los detalles ínfimos.

Un momento del espectáculo A mano

A mano: 'objetos de ocasión' o la ocasión de los objetos


Hoy hablamos del arte de la maravilla. O cómo emocionar con apenas un pedazo de arcilla que se transmuta en personaje al momento, materia inerte a la que las manos desnudas insuflan vida ante los ojos asombrados. A mano es una historia modelada con barro, un viejo mueble de alas de madera, un puñado de objetos de desván, luz cálida y tenue, y cuatro manos cómplices y juguetonas. 
Parece que vislumbramos a dos actores, pero Izaskun Fernández y Julián Sáenz-López, fundadores de El Patio hace ya casi una década, son aquí veinte dedos desbordantes de expresividad y gracia que consiguen adentrarnos en una diminuta alfarería y que volemos con las figuras que nacen del torno. La compañía se fraguó al calor de esta obra, A mano, que surgió como proyecto final de la Escuela de Artes de Logroño y ahora nos traen a la madrileña Quinta de los Molinos.

Un momento del espectáculo A mano
Un hombrecillo de cerámica se siente solo y atrapado tras el escaparate de la tienda de 'objetos de ocasión' en la que espera a que alguien lo escoja para llevárselo, consumido por el enorme deseo de escapar de una vida anodina. (Podría pasarnos a cualquiera). Pero vemos cómo el amor y la amistad le salvan de sus pequeñas frustraciones y le ayudarán a medir la escala de sus sueños.

Hay quien piensa que 'lo teatral' debe ser algo grandilocuente y pomposo; sin embargo, propuestas como ésta, concebida en miniatura, confirman que hay otras formas no convencionales de contar, de destilar la esencia de las cosas. Que con humildes mimbres y mucha delicadeza se puede componer un espectáculo inmenso.

Un momento del espectáculo A mano (Lukasz Michalak / Madrid Destino)
Y qué mejor carta de presentación para estas manualidades que un palmarés de reconocimientos tanto nacionales como internacionales, que incluye el Premio FETEN 2013 al mejor espectáculo de pequeño formato, el Premio del Público al mejor espectáculo en el Festival Encinart 2012, o el Premio a la maestría y el refinamiento excepcionales en la manipulación de objetos del Impuls Festival de Bucarest en 2015. Justos logros para este admirable ejercicio de contorsionismo manual, cuyos artífices se dejan -literalmente- la piel. Una pieza de cámara tan bonita como triste, que no dulcifica su desenlace, porque también es necesario mostrar que los fracasos forman parte de la vida.

Un momento del espectáculo Hubo

Hubo... una vez una mujer que se resistía a abandonar su isla de piedra


El segundo montaje de la compañía, Hubo, es otra joyita escénica llena de encanto y poesía que recala también en Madrid a final de año, en cinco funciones enmarcadas dentro de la programación navideña del Teatro de la Abadía. Un espectáculo sin palabras que habla del amor, la pérdida, la soledad, la memoria y el arraigo. Un homenaje a los pueblos, al mundo rural y a las personas que lo habitan, donde El Patio continúa su línea expresiva que aúna plasticidad y gestualidad con historias de fuerte enfoque social. El Premio al mejor espectáculo de títeres que les ha concedido este año FETEN (la Feria Europea de Artes Escénicas para niños y niñas) avala la calidad de su trabajo. 

Desde el humor y el amor 
a esas historias que dormitan
como las de tantos pueblos 
bajo las aguas 
que un día fueron 
bosque, pasto, cultivo, escuela o verbena...

Un momento del espectáculo Conservando memoria
A su paso por la anterior edición del Festival Pendientes de un hilo, reconocía esta pareja de artistas que son unos "enamorados de la magia de los títeres, de los objetos que cobran vida, algo que engancha a pequeños y mayores". Volverán a Madrid en marzo de 2020 en el marco de Teatralia con su última producción, Conservando Memoria, una conmovedora oda a los abuelos de todos, cocinada con latas, botes de conservas y dosis extra de nostalgia, que no hay que perderse por nada del mundo.

A MANO

Producción: El Patio Teatro
Reparto: Julián Saenz-López e Izaskun Fernández
Lugar: Auditorio del Espacio Abierto Quinta de los Molinos
           (c/ Juan Ignacio Luca de Tena, 20. Madrid)
Funciones: Sábado 30 de noviembre a las 12:30 y a las 18 h.
                  Domingo 1 de diciembre a las 12:30 h.
Edad recomendada: A partir de 6 años.
Duración: 45 minutos.

HUBO

Lugar: Teatro de la Abadía
            (c/ Fernández de los Ríos, 42.Madrid)
Funciones: Viernes 27 y sábado 28 de diciembre a las 17:00 y a las 19:00 h.
                   Domingo 29 de diciembre a las 12 h.
Edad recomendada: A partir de 8 años.
Duración: 45 minutos.


sábado, 24 de noviembre de 2018

MOON, de L'Om Imprebís, un hermoso viaje multicultural en los Teatros Luchana

De entre la veintena de propuestas teatrales y de magia que conforman la cartelera de los Luchana Kids, nos ha llamado especialmente la atención la presencia de MOON, de la prestigiosa compañía L'Om Imprebísuna función que nació en 2005, con la que la tropa del veterano Santiago Sánchez se aventuraba en el género familiar y que ahora vuelve a los Teatros Luchana más brillante y depurada. Cuatro actores-cuentacuentos de distintas nacionalidades (Guinea, Angola, Cuba y España), se vuelcan en transmitir la riqueza de la multiculturalidad y el valor de la tolerancia hacia los otros desplegando un abanico de historias dramatizadas que hablan de sus propias infancias, acercándonos leyendas y personajes de sus pueblos de origen. Con música original del ronlalero Yayo Cáceres, componen un espectáculo lleno de alegría y vitalidad, que integra títeres, escenas de luz negra, canciones y danza en directo.

Una escena de MOON
En MOON asistimos al encuentro de un grupo de amigos de diferentes países, continentes y culturas que recuerdan el primer día en que se conocieron, la desconfianza inicial ante sus diferencias, y cómo fue superada cuando comenzaron a hablar, a interesarse los unos por los otros a través de las historias, cuentos y canciones populares de cada uno de ellos.
El título de la función descubre un curioso juego de palabras: en este mundo (mon en valenciano) nuestro (mon en francés), todos podemos vivir desde niños (moon en la lengua africana fang) y disfrutar bajo una misma luna (moon en inglés).

Una escena de MOON
El montaje bebe de la tradición oral y apuesta por el poder evocador de la palabra y la sugerencia poética y gestual para sumergirnos en un viaje multiétnico sin más efectos que la plasticidad de los propios cuerpos de los intérpretes, con los que cuentan, bailan, saltan, hacen percusión... En un momento en que abundan las propuestas escénicas apoyadas en las nuevas tecnologías, y en el que se ofertan para niños shows plagados de estridencias y artificios, vale la pena volver a la esencia más pura del teatro, como sucede en esta función, en la que se pone en valor lo artesanal, lo analógico, con recursos sencillos e imaginativos.

Al mundo lo hicieron redondo las aves de tanto emigrar,
y sólo lo hacen cuadrado los hombres que temen la libertad.

Una escena de MOON
Nos entusiasma ver la sala donde se representa MOON llena a reventar de niños de diferentes edades acompañados de sus familias, encandilados todos por el buen hacer de un equipo de artistas que ya demostró su complicidad con otra producción fantástica basada en un concepto similar, Decamerón Negro, que pudimos ver en la Sala Verde de los Teatros del Canal en 2013.

Cartel del espectáculo MOON
El proyecto Luchana Kids ha sido galardonado recientemente con el Premio de comunicación Chupete 2018, que reconoce el esfuerzo de los Teatros Luchana para reconvertir estos antiguos cines en un espacio de referencia para el teatro infantil de calidad en Madrid. Uno de los aspectos que más agradecemos de su política de programación es que los espectáculos se mantengan en cartel un tiempo, o al menos mientras tengan demanda, dando opción a las funciones a rodarse y a las compañías a poder contar con cierto recorrido. Así que confiamos en que MOON sea otro de los montajes que prorroguen, para seguir viajando desde los Luchana alrededor del mundo.

MOON

Producción: L'Om Imprebís.

Lugar: Teatros Luchana (c/ Luchana, 38. Madrid)
Funciones: Sábados 24 de noviembre y 1, 8 y 15 de diciembre, y viernes 7 de diciembre.
Horarios: Sábados a las 16:45 h. y viernes a las 11:00 h.

Edad recomendada: A partir de 5 años.
Duración: 60 minutos aprox.

Reparto: Claudia Coelho, Gorsy Edu, Sara Nieto y José Juan Rodríguez.
Dirección y dramaturgia: Santiago Sánchez.
Música: Yayo Cáceres.

lunes, 26 de septiembre de 2016

Slava's Snowshow en los Teatros del Canal o amar el teatro como niños

La ciudad de Madrid ofrece privilegios como poder disfrutar de vez en cuando de espectáculos excepcionales. Slava's Snowshow es uno de ellos, una función que lleva veinte años girando por escenarios de todo el mundo, y que recala en la Sala Roja de los Teatros del Canal en este inicio de otoño para fascinar a pequeños y mayores.

Qué gusto da ver un gran teatro lleno de niños, y de adultos entusiasmados volviendo a sentirse como niños. Porque la tropa de payasos que nos trae Slava Polunin, uno de los clown en activo de mayor prestigio internacional, nos hace conectar con nuestro niño interior, nos invita a jugar, nos vuelve a hacer reír con las bromas más simples de la tradición del circo clásico (vivan esos personajes gamberros mojando al público con paraguas rotos, haciendo equilibrios imposibles con sus zapatones, enredándose en cuerdas o telas de araña, compitiendo por dirigir la intensidad de los aplausos, manejando objetos gigantescos, chinchándose entre sí...).

El clown Slava Polunin atraviesa el patio de butacas

El tiempo de los payasos

Con ellos se acabó la idea preconcebida de que las funciones hay que verlas sentados y quietos en las butacas, guardando un respetuoso silencio. Aquí vuelan las carcajadas imprevistas, hay onomatopeyas irrepetibles cargadas de sentido, movimientos asombrosos dentro y fuera de escena. Un caótico jolgorio en el que la interacción de los artistas con el público acaba en disparate absoluto, hasta alcanzar el apoteósico final; de los momentos más épicos que se hayan visto jamás sobre un escenario.

Andamos inmersos en una sociedad donde todo ocurre muy deprisa, los quehaceres diarios, las citas..., las imágenes esquizoides nos asaltan continuamente y no nos permiten parar. Ante ello, Slava Polunin -presidente de la Academy of Fools- y sus colegas nos sumergen en una dimensión que requiere calma para mirar, comprender y sentir. Alegremente, nos detenemos con ellos a intentar capturar pompas de jabón con un cazamariposas, a volvernos enanos o gigantes, a rodar bolas de luz, a bailar un amor de ensueño con un perchero... En definitiva, a probar a hacer cosas diferentes, igual que los niños pequeños cuando todo está por aprender y sólo cabe el asombro.



Grupo de payasos cantando en Slava's Snowshow

Una experiencia teatral

Quien vaya a Slava's Snowshow no va a ver una obra, ni va a asistir a un gran número circense: va a vivir una experiencia teatral. No hay argumento; el show es una sucesión de poéticas escenas, sin tiempo ni espacio concretos, plagadas de imágenes de una extraordinaria belleza plástica, impulsadas por el rugir de una locomotora, hilvanadas por potentes fenómenos atmosféricos, y mecidas por una banda sonora clásica (temas oídos mil veces, pero que aquí se tornan mágicos y oportunos).

En un contexto en el que la mayoría de las producciones escénicas se realizan con escenografías minimalistas y estáticas, buscando la economía de medios, sorprende ver un montaje que utiliza con provecho tantos recursos teatrales. Mención especial merece, además, la labor de los técnicos de maquinaria, tramoyistas y utileros; todo el personal que trabaja detrás de la función para que lo que ocurre a la vista de todos se antoje maravilla.

Payasos entre el público en Slava's Snowshow

Después de estar en este espectáculo -y hasta varios días después-, perdura la sonrisa tierna en los labios y en la retina, y también los papelitos de nieve con los que nos cubrió la tormenta, que siguen revoloteándonos entre el pelo y la ropa.

La única objeción, tal vez, es el volumen de la música, demasiado estridente en ocasiones. Y poco más contaremos para no desvelar sorpresas... ¡Ah!, hay que coger sitio en butacas de platea para participar al máximo de todos los detalles.
Slava's Snowshow, una de esas pocas obras que no hay que perderse. Sin duda: vayan con los niños a ver este montaje y amarán el teatro toda su vida.

Slava Polunin en mitad de la tormenta

“Slava Snowshow”, de Slava Polunin Company

Teatros del Canal. Sala Roja.
Hasta el 9 de octubre de 2016.
De martes a viernes 20:00 h.
Sábados: 17:00 y 21:00 h.
Domingos: 17:30 h.
Duración: 1 hora y 40 minutos (incluido intermedio)
Edad recomendada: Espectáculo familiar. Aunque la compañía lo cataloga para mayores de 8 años, creo que a niños a partir de 6 que estén receptivos les impactará.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

"Flox", deliciosa última función internacional del Festival Titirilandia en el Retiro

No habrá más representaciones en 2016 en el teatro de títeres del parque madrileño

Después de 24 años de programación, el Teatro de Títeres de El Retiro baja el telón. Según denuncia en este comunicado la Asociación cultural Titirilandia, que se ocupaba hasta el momento de su gestión, el Área de Cultura y Deportes del Ayuntamiento de Madrid ha decidido dejarlo sin programación temporalmente por mejoras y acondicionamiento del espacio. Confiemos en que efectivamente este cierre sea puntual, y en que muy pronto se restablezca la tradicional cita con los títeres en el Retiro los fines de semana.

Vista general del Teatro de títeres del Retiro

“Flox, la caja y las nubes”: una invitación a recuperar la capacidad de asombro

El último sábado de agosto, fuimos de los pocos afortunados que llenábamos la grada del teatro de títeres del Retiro para asistir a la propuesta de una compañía griega con nombre de hechizo mágico: Firdin Migdin. Era Flox, la caja y las nubes, la historia de una niña que soñaba despierta que volaba y bailaba, la última de las producciones internacionales escogidas en el Festival Titirilandia que se ha celebrado este verano.

Aunque el teatro del Retiro suele contar con un público regular que se agolpa desde media hora antes de que comience el espectáculo para coger sitio, supongo que la mayoría de las familias que estábamos allí la tarde del 27 ignorábamos la delicia que íbamos a tener el placer de contemplar. Ése es el riesgo y a la vez la maravilla de los espectáculos 'de calle', con los que es habitual que uno se tope por casualidad, sin haberse guiado por publicidad ni reclamos previos; sin pagar una entrada.

En este caso, dos jóvenes titiriteras camufladas de negro comenzaban dirigiéndose al público para compartir su rito pre-escénico, una especie de masaje colectivo, y solicitar un soplido inmenso que despertara a la protagonista del cuento, Flox, bella durmiente dentro de una sombrerera. Los buenos augurios cristalizaron en un hermoso cuento visual, conducido sólo por la acción directa y la música, capaz de encandilar a pequeños y mayores.

Madre e hijo atentos a la representación

Sin texto alguno, utilizando materiales sencillos y orgánicos (madera, cartón, tela, plumas…), recursos escénicos mínimos (melodías evocadoras de la cultura popular griega, tres trastos convertibles sobre una mesa negra, un par de focos), y buenas dosis de mimo y delicadeza, Firdin Migdin logra una preciosa función llena de magia.

Al poquito de empezar, de pronto, la muñeca, de tanto bailar -como una humilde Cenicienta-, perdió un zapato. ¡Son cosas que les pasan a los títeres!; también las niñas cojas sueñan, imaginan, y bailan… Así que el show prosigue.

Y Flox se entretiene con el vuelo de una mariposa en un pueblo pintado de edificios sinuosos, o con los fantásticos muebles de su habitación (un armario que esconde un barco velero que navega sobre las olas, una cama que eleva el vuelo sobre las nubes, una cómoda de la que surgen cantarinas flores…)

Detalle de la función de "Flox, la caja y las nubes"

De repente, en el momento álgido de diversión, de la nada aparece una mano gigante con un índice inquisidor y mandón, que nos lleva a reflexionar sobre la forma autoritaria e implacable con la que a veces tratamos a los niños… Pero Flox acaba columpiándose sobre ella. También surge una gran bola marrón, carga de responsabilidad a la espalda de la niña, que ella acaba transformando en un globo en el que volar.

El juego con los símbolos siempre invita a la apertura de posibilidades y despierta la capacidad de fantasear…, de manera que la historia admite múltiples interpretaciones según cada mirada. Ciertamente, la obrita funcionará mejor en un espacio cerrado, pequeño, con el aforo controlado, las luces dirigiendo la atención…, pero aun así, se obró el asombro.

La principal satisfacción, el entusiasmo de nuestro hijo, que atendía a todo cuanto sucedía en el escenario, bailaba alegre con la muñeca, le gritaba desde su sitio, aplaudió con ganas cuando acabó, y tuvo ocasión incluso de tocarla y despedirse de ella.

Un niño se despide de Flox

Tras el aplauso final, avalancha de felicitaciones para Zoi Vlassi y Natassa Tapaki, las componentes del grupo Firdin Migdin, por la belleza de la fábula, y por la exhibición de técnica, precisión, y coordinación con un títere de varillas tan articulado. Ambas son licenciadas en teatro por la Universidad de Tesalónica, y han estudiado en la RESAD. Trabajan juntas desde 2004, buscando formas de narración teatral y poesía a través de la imagen, los objetos, la música y el movimiento. Actúan para niños y adultos en teatros, escuelas, museos, calles y plazas. Han participado en varios festivales internacionales de títeres en Grecia y el extranjero. De sus viajes vuelven con las maletas llenas de colores, sonidos, amigos, ideas y ganas de continuar volando con sus títeres.
¡Habrá que estar muy atentos si vuelven a estar programados en Madrid!

“Flox, la caja y las nubes”
Compañía: Firdin Migdin
Duración: 50 minutos aprox.
Edad recomendada del público: Espectáculo familiar. Los niños a partir de 2 años lo disfrutarán.