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jueves, 23 de abril de 2020

El estómago de la ballena, de Luis Fernando de Julián: teatro de cuidado a la familia y al medio ambiente

El estómago de la ballena, del autor madrileño Luis Fernando ("Nani") de Julián, fue la obra ganadora del último Premio ASSITEJ España de Teatro para la Infancia y la Juventud (acaba de convocarse la XXI edición) Sus páginas nos adentran en un viaje oceánico a través de las mujeres de tres generaciones (abuela, madre, nieta) que necesitan entenderse para reencontrarse. Ecos de una Moby Dick actualizada en esta fábula escénica con sabor a ensueño y trasfondo marino, medioambiental y social.

Portada de la obra El estómago de la ballena, ed. ASSITEJ

El teatro también se lee, y esta vez nos detenemos en una obra que por la actualidad del tema que aborda nos ha parecido especialmente oportuna, en un momento en que la toma de conciencia sobre la responsabilidad individual y colectiva en el cuidado del entorno -y por tanto, del planeta- es una necesidad. Como lo es también cuidar los lazos familiares, o atender a nuestras raíces en pos de la identidad y autenticidad propias. Urgente y fabuloso que el teatro hable de los mares que contaminamos con plástico, de la memoria perdida, de los ancianos dados por dementes en residencias, de los anhelos convertidos en residuos.

El estómago de la ballena forma parte de la colección de teatro juvenil de ASSITEJ (disponible en su web), pero como buena obra que se pretenda abierta a todos los públicos, adolece de distintas capas de lectura, por lo que tiene un alcance mayor y se presta al debate y al contraste de diferentes percepciones tras un final metafórico que alivia los nudos.
Suman muy positivamente en esta propuesta la poética del lenguaje, la capacidad de evocación de imágenes, la claridad estructural, y la contemporaneidad del planteamiento, sin un ápice de didactismo.

Fotografía: ASSITEJ (Un momento de la  lectura dramatizada de la obra)

Al contar sólo con tres personajes y distribuirse la acción en diálogos cortos, escenas muy dinámicas, y pocas localizaciones, resulta un texto muy adecuado para representarlo en casa, en centros educativos, o para grupos de jóvenes aficionados al teatro.

La obra no se ha estrenado aún, si bien el pasado 11 de enero de 2020 fue presentada en el VII Ciclo de Lecturas Dramatizadas de ASSITEJ que tuvo lugar en el Auditorio de la Casa del Lector de Matadero (Madrid) a cargo de la Escuela de Teatro Arbolé, y que incluyó un posterior encuentro y coloquio con el autor, Luis Fernando de Julián.

Fotografía: ASSITEJ (Un momento de la  lectura dramatizada de la obra)

Una isla inaccesible, una abuela que no miente, miedos que se llaman unos a otros, y la ballena que canta...


El estómago de la ballena es la historia de la Abuela Carmen, única habitante de una isla de plásticos que flota a la deriva. Puede que también sea la historia de su hija que recuerda, mientras limpia, cómo su madre le lavaba el pelo con jabón y un poquito de miel. O tal vez sea la historia de Lucía, que conoce a su abuela por primera vez y en ella se descubre a sí misma al tiempo que entiende el significado de olvidar a los seres queridos.
De ninguna manera, El estómago de la ballena es la historia de una ballena y su estómago lleno de plásticos, que surca los océanos en busca de tres mujeres que le ayuden a sacarlos. De ninguna manera. O tal vez sí… La confusión nada cerca de la poesía y en esta obra de teatro el mar recorre cada escena.

*Recomendada a partir de 9 años.

jueves, 14 de noviembre de 2019

Rocío Bello y Javier Hernando, ganadores del Premio SGAE de Teatro Infantil 2019 por su obra Necesito una flor

Los dramaturgos Rocío Bello y Javier Hernando se han alzado con el Premio SGAE de Teatro Infantil 2019 por su obra Necesito una flor, una divertida historia sobre una madre y un hijo que luchan contra la gentrificación de la gran ciudad en un pueblecito andaluz. La Fundación SGAE hizo público el domingo el fallo durante el acto de presentación de la obra galardonada en la convocatoria anterior, Astrolabio, de Paco Romeu, dentro del Ciclo de lecturas dramatizadas que cada año acoge la Sala Berlanga de Madrid.
El Premio SGAE de Teatro Infantil es el concurso de textos teatrales orientado a público joven de mayor relevancia a nivel nacional. Está dotado con 8.000 euros e implica la publicación del texto en la colección de Teatro Infantil y Juvenil Sopa de Libros del grupo editorial Anaya.

Rocío Bello y Javier Hernando, ganadores del Premio SGAE de Teatro Infantil 2019

No es la primera vez que Rocío Bello (Lugo, 1978) y Javier Hernando (Ávila, 1986) triunfan con un trabajo de co-escritura. Ya en 2016 ganaron juntos el Premio ASSITEJ de teatro infantil con la obra Estrellas y agujeros negros (entre otras cosas), una propuesta que trataba de forma muy original el tema de los abusos a menores. A ese reconocimiento suman ahora el prestigioso galardón que concede la SGAE, aunque en esta ocasión, -según apuntan ellos mismos-, Necesito una flor es una historia más dulce y con ingredientes de comedia. Los protagonistas principales son una madre y su hijo en un viaje de ecos lorquianos que enfrentará el mundo urbano y el rural.
Implicados desde hace años con la dramaturgia infantil, Bello y Hernando suelen abordar asuntos de actualidad; creen en un teatro "que mire cara a cara a los niños, que les interese y les hable directamente".

Flor azul índigo

El Premio SGAE de Teatro Infantil cuenta ya con 19 años de historia; su objetivo es impulsar y apoyar la creación de nuevos textos dramáticos dirigidos a niños que, tanto por la buena calidad y originalidad de sus diálogos, como por su visión escénica, contribuyan al progreso del panorama teatral. En los últimos años el premio ha distinguido a Paco Romeu (2018), Nieves Rodríguez Rodríguez (2017), Paco Gámez, (2016) e Itziar Pascual (2015)

ASTROLABIO, O LA MIRADA DE UNA NIÑA A LAS ESTRELLAS

Una vez publicada, es tradición que la obra ganadora se presente al año siguiente en la Sala Berlanga mediante una dramatización sencilla. El pasado domingo 10 de noviembre, una flor hizo de lazo inusitado entre ambas obras. El dramaturgo Paco Romeu, junto con su compañía Disparatario, nos trajo desde Valencia Astrolabio, la historia de una niña beduina, Duna, que consigue escapar de su destino -un matrimonio concertado según la tradición familiar-, y llega a cumplir su sueño de viajar hasta las estrellas. En su periplo, la protagonista pasa por los escenarios más remotos e insospechados: el desierto, el mar, el espacio, Groenlandia... Y por el camino se va encontrando con otras mujeres extraordinarias que le dejan huella y le impulsan a seguir adelante. Su necesidad de avanzar y su empeño por llegar cada vez más lejos y más alto la llevarán a lo más profundo de sí misma.

Con un tono abiertamente feminista, el texto propone una reflexión sobre el papel de las mujeres en el mundo (e inevitablemente, también el de los hombres) Una valiente aventura que habla directamente a los niños de sororidad, multiculturalidad y lucha por los derechos sociales sin renunciar a la poesía.

Astrolabio, de Paco Romeu, editada por Anaya

Un proceso inverso: antes el montaje, después la lectura

Disparatario estrenó esta fábula -escrita inicialmente en valenciano-, apenas tres días después de que fuera galardonada con el premio, y ha realizado ya más de una decena de representaciones. La compañía creía tanto en el texto, que llevaba tiempo trabajando para ponerlo en pie. El montaje combina múltiples recursos escénicos, actores, y títeres artesanales de diferentes alturas; algunos de ellos estuvieron presentes de forma simbólica en la puesta en escena de la lectura. Durante el coloquio posterior, Paco Romeu agradeció el amor y el compromiso de todo el equipo, encabezado por Lorena Comín, y destacó la música original compuesta especialmente para la obra por Fede Comín.

Un momento de la Lectura dramatizada de Astrolabio (Ilustración de Ana Oncina)

"Las personas somos pequeñitas como las estrellas, en comparación con el mundo", señalaba Elsa Tronchoni (la directora de la función y pareja de Romeu), en alusión a la cita del poeta persa del siglo XII Omar Khayyam, que preside el libro y vehicula toda la acción:

El vasto mundo:
un grano de arena
en medio del espacio

martes, 13 de noviembre de 2018

Lo que vuelve a casa (y otros árboles), de Nieves Rodríguez Rodríguez, Premio SGAE de Teatro Infantil 2017, despliega sus ramas en la Berlanga

Lo que vuelve a casa (y otros árboles), la obra galardonada con el Premio SGAE de Teatro Infantil 2017, de la madrileña Nieves Rodríguez Rodríguez, desplegaba sus ramas y alcanzaba al público el pasado domingo 11 de noviembre en la Sala Berlanga, dentro del marco del XXII Ciclo SGAE de Lecturas Dramatizadas. Con un sencillo y efectivo paralelismo simbólico entre las vidas e imaginarios de dos niñas de diez años en dos lugares del mundo remotos, la autora entrelaza un hermoso relato sobre la diversidad, la superación de los miedos y dificultades, y la hermandad sin fronteras. El texto acaba de ser publicado en la serie de Teatro Infantil y Juvenil Sopa de Libros, que el grupo editorial Anaya coedita con la Fundación SGAE, con ilustraciones de Teresa Novoa.

Una escena de la lectura dramatizada (Fotografía de Eladio Bergondo)

Globalizar las infancias

Dos niñas: Alika y Vega. Dos países: Nigeria y España. Dos aulas y dos redacciones: Las cosechas del maíz y Las líneas imaginarias. La huida de un secuestro y de un incendio. El encuentro dentro de un árbol. Y la vuelta a casa: una liberación y una amistad. Así podría trazarse el argumento de una obra que va saltando, como en un juego, mientras nos adentra en un viaje en apariencia duro, que acabará enterneciendo. 
Lo que vuelve a casa (y otros árboles) nació de la lectura de una noticia de periódico sobre el secuestro de 276 niñas en un colegio de Nigeria por parte del grupo terrorista Boko Haram en 2014 -rapto del que 57 lograron escapar y 21 fueron liberadas-, al descubrir en la información un insólito error de cálculo: ¡faltaban dos niñas!, lo que le sirvió a Nieves Rodríguez Rodríguez para inventar su historia. "La idea de las líneas imaginarias me llevó a conectar todas las infancias del mundo", afirma. "Lo que pasa fuera de nuestro territorio nos interpela, no podemos quedarnos en el terreno de lo conocido, porque hay mucho todavía por conocer, por criticar, y quienes escribimos tenemos una responsabilidad moral".

Una escena de la lectura dramatizada (Fotografía de Eladio Bergondo)

Un equipo que "sueña tan bonito"

La obra estuvo arropada en su primera presentación ante el público por un equipo artístico que demostró gran sensibilidad y cuidado. La dirección escénica de la lectura corrió a cargo de Lola Fernández de Sevilla, autora recientemente galardonada también: en febrero se alzó con el VIII Premio Juan Cervera de Investigación sobre Teatro para la infancia y la juventud de ASSITEJ España, por su ensayo Ogros, espinacas y demás... Cómo contar lo terrible a niñas y niños en el teatro. Una creadora que reconoce tener "debilidad por los temas complicados" respecto a la dramaturgia para niños, y que aseguraba haberse acercado "con gran responsabilidad y respeto máximo a un texto redondo, que tiene una precisión geométrica absoluta, para intentar estar a la altura".
Helena Lanza y Astrid Jones,  las actrices responsables de encarnar a las dos niñas protagonistas de la historia, brillaron por su equilibrio, contención y complicidad. Marta Leiva, encargada de la escenografía, planteó una original serie de dibujos a acuarela y collage que recogían parte de las acotaciones del texto y que se proyectaron al fondo para acompañar las escenas, con la idea de "más que ilustrar, aportar a la obra una dramaturgia visual nueva". 

Una escena de la lectura dramatizada (Fotografía de Eladio Bergondo)
El texto adolece de un rasgo inusual en la literatura dramática: discurre en tono narrativo; de hecho, las dos protagonistas sólo dialogan en una ocasión (cuando se descubren en el interior del árbol: allí hablan el mismo idioma). Sin embargo todo pasa muy deprisa; la estructura en paralelo y la alternancia continuada de soliloquios propician la agilidad de la acción.

Una escena de la lectura dramatizada de Lo que vuelve ea casa (y otros árboles)

Al término de la dramatización, como suele ser habitual, tuvo lugar un breve coloquio de los miembros del equipo creativo con el público asistente, entre el que se encontraban algunas familias. La autora quiso compartir que el personaje de Vega, de una fantasía desbordante, está inspirado en su sobrina. Algún niño destacó la capacidad de las protagonistas de la historia para hacerse amigas en una situación tan difícil, y probablemente éste sea uno de los hallazgos clave del texto.

Portada de Lo que vuelve a casa (y otros árboles)
Nieves Rodríguez Rodríguez asegura no saber mucho más de esta obra, todavía. "La llevo impregnada en la piel", nos dice. En el prólogo del libro expresa así su 'Carta de creencia':

Creo que el teatro es el lugar de la imaginación, de la palabra despojada, liberada de su lenguaje. Creo en la fantasía como lugar donde volver a reunirse. 
Creo en la infancia como un presente, no como un futuro, no como una promesa.  [...]
Creo que creer es la base para crear. Creo en la creación como un gesto de amor. 
Creo en el teatro como un árbol que hay que regar y cuidar. 
Creo que la literatura y la filosofía nos pueden liberar de todo...

Ojalá que Lo que vuelve a casa... regrese pronto a los escenarios para conmover a los pequeños espectadores y a sus familias y tenga un gran recorrido 'mapamundi adentro'.

Coloquio tras la lectura dramatizada (Fotografía de Eladio Bergondo)

El dramaturgo valenciano Paco Romeu, Premio SGAE de Teatro Infantil 2018 por Astrolabi

Como ya es tradición, durante el acto se informó además del fallo del Premio de este año, que ha recaído en el autor valenciano Paco Romeu por su obra Astrolabi, una fábula sobre lucha y empoderamiento femenino para todos los públicos, que toma el relevo y se presentará asimismo en la Sala Berlanga de Madrid dentro de la Muestra de dramaturgia contemporánea 2019.

El Premio SGAE de Teatro Infantil es el concurso de textos teatrales infantiles de mayor relevancia a nivel nacional. Este galardón cuenta ya con 18 años de historia, y se convoca con el afán de impulsar y apoyar la creación de nuevos textos dramáticos dirigidos a niños que, tanto por la buena calidad y originalidad de sus diálogos, como por su visión escénica, contribuyan al progreso del panorama teatral. En los últimos años el premio ha reconocido a Nieves Rodríguez Rodríguez (2017), Paco Gámez, (2016) e Itziar Pascual (2015), gracias a textos que, curiosamente, tienen en común el hecho de abordar -a través de la imaginación- temáticas tradicionalmente vetadas al colectivo infantil, como la guerra, el terrorismo, o la muerte de seres queridos.


Nieves Rodríguez Rodríguez,
ganadora del Premio SGAE de Teatro Infantil 2017
BIO

Nieves Rodríguez Rodríguez (Madrid, 1983) es dramaturga e investigadora en la Compañía Txanka Kua (Laboratorio para nuevos lenguajes tecnológicos) de Málaga, y profesora de Escritura y Literatura en la Escuela Internacional del Gesto en Madrid. Lo que vuelve a casa (y otros árboles) es la segunda pieza que escribe para niñas y niños tras Semillas bajo las uñas (Becada en el IV Programa de Desarrollo de Dramaturgias Actuales del INAEM, 2015). Ha editado junto a Lola Fernández de Sevilla y Diana I. Luque Carrusel de Ogritos. Teatro para la Infancia y la Juventud (Fundación SGAE y AAT, 2017). 

jueves, 13 de octubre de 2016

Capítulo especial sobre teatro para la infancia en la revista Primer Acto

La mítica revista Primer Acto, veterana publicación especializada en investigación teatral (fue fundada en 1957 por el recientemente desaparecido José Monleón), ofrece en su último número un capítulo especial dedicado al Teatro de y para la infancia. La sección integra artículos de reconocidos profesionales del sector, como Rocío Bello, profesora de la Escuela Municipal de Arte Dramático de Madrid, que reflexiona sobre la educación artística de calidad en "Hartos de ser el futuro", la dramaturga Itziar Pascual, quien nos traslada su charla con el coreógrafo argentino Enrique Cabrera, director de la compañía Aracaladanza (que, por cierto, vuelve al Teatro de La Abadía el próximo mes de diciembre con su espectáculo Vuelos), o Lola Fernández de Sevilla, que pone en valor los 25 años de FETEN en "Decir sin decir".

Como apunta Ángela Monleón en el editorial, "la infancia se pregunta, nos pregunta, qué teatro, cuál es el cuento que tenéis preparado, para qué mundo nos estáis educando… Pasamos, silenciosos, la página y de nuevo el vuelo, esta vez de la mano de Leonardo da Vinci y de Aracaladanza. ¿Será que la mejor historia de la humanidad es la historia de sus artistas? El niño erizo de La Machina Teatro asiente y reclama el valor de ser diferente. La Rous teje con cuidado los hilos entre generaciones...".
Desde aquí animamos a cualquier interesado en el teatro para la infancia a leer este trabajo.

Portada del nº 350 de la revista Primer Acto

Durante más de medio siglo Primer Acto se ha convertido en un foro de discusión de referencia para la cultura -tanto española como latinoamericana-, y ha propiciado la reflexión crítica en torno al fenómeno teatral. Reconoce Ángela Monleón que "llegar al número 350 de Primer Acto no ha sido fácil. Pero aquí estamos".

El próximo número de la revista verá la luz en la primera quincena de noviembre. Será el primero tras el fallecimiento de su alma mater, Pepe Monleón, el pasado 15 de julio, y a buen seguro rendirá homenaje a este maestro clave en la historia reciente del teatro español.

Teatro de y para la infancia 

Artículos comprendidos entre las páginas 43 a 65:

-Cuando cuentes cuentos cuenta cuantos cuentos cuentas, por Gabriel Yépez

-Hartos de ser futuro, por Rocío Bello

-Con Enrique Cabrera: … desde el niño que puede volar, por  Itziar Pascual

-El niño erizo: El valor de ser diferente, por Diana I Luque

-25 años de Feten: Decir sin decir, por Lola Fernández de Sevilla