jueves, 15 de diciembre de 2016

A la Luna o cineatro para toda la familia, la apuesta navideña del Pavón-Kamikaze

El Pavón Teatro Kamikaze apuesta estas Navidades por un novedoso espectáculo, inusual dentro del género que se suele programar para público familiar: A la luna, o lo que podría considerarse cineatro, teatro combinado con dibujos animados que se proyectan sobre una pantalla practicable, con los que interactúa con precisión portentosa una única actriz (Esther Díaz de Mera), creando volúmenes y planos distintos que generan múltiples espacios y situaciones, apoyados por una ingeniosa iluminación. Una original propuesta que tiene todos los alicientes para convertirse en la obra infantil imprescindible para ver en Madrid estas Fiestas.

Un momento de A la Luna

La compañía Voilà Producciones aterriza en el Pavón Teatro Kamikaze por todo lo alto -y viene a cuento la expresión-, porque nos invita a viajar A la luna, presentando una obra infantil que explora la simbiosis entre el lenguaje teatral y el audiovisual, de manera que una simple pantalla y una actriz bastan para trasladar al espectador a diferentes mundos. 

La fábula

En el contexto de los años 60, una niña (Tara) pasa los veranos en la granja, fascinada por las estrellas y soñando con ser astronauta, con el apoyo cómplice de su abuelo. Pero la desaparición de éste la lleva a enrolarse en una misión esp(e/a)cial: salvar el destino de la luna, para lo que tendrá que entrenar a una particular bandada de gansos con los que emprenderá el vuelo.
Una entrañable historia que ofrece distintos niveles de lectura según la edad del espectador, y acaba descubriendo una esperanzadora tesis: no hay nada imposible si de verdad crees en ello.

Se aborda con valentía el tema de la pérdida, el duelo de una niña que se aferra a su imaginación para afrontar la verdad que sólo llegará a entender cuando crezca un poco más.
Llama la atención la perspectiva científica del cuento, los detallados y divertidos apuntes sobre el espacio exterior, las constelaciones, la luna como satélite y el afán del hombre por alcanzarla, la contabilidad del tiempo...


Un momento de A la Luna

El colorista y vibrante diseño de los dibujos animados, unido a la perfecta integración de la actriz con las imágenes, y a un guión excelentemente articulado obran la magia: las escenas cobran vida, y ante los ojos asombrados de pequeños y mayores se sucede un fantástico relato en el que cualquier cosa es posible. Uno de los aspectos más conseguidos es la impresión de desplazamiento, especialmente en los momentos de viaje, en los que el efecto sorprende de tal modo que la escena parece atraparnos en su movimiento.

Silencio en la sala

Es difícil asistir a una obra infantil donde los más pequeños se mantengan en silencio. Esto ocurre aquí por varios motivos: principalmente, porque la historia es tan singular que engancha, porque el despliegue visual resulta impactante, y porque el público entra en un código cercano al cine, con oscuridad total en el patio de butacas, de manera que la acción se desarrolla sin que se les pida participación activa a los niños (tan habitual en otros montajes), prevaleciendo el sonido y la luz de las proyecciones por encima de comentarios, toses, y posibles ruidos.


Un momento de A la Luna
Los artistas

Detrás del proyecto, Cynthia Miranda, formada en la École International Jacques Lecoq de París y en la RESAD, que sorprendió el año pasado con esta propuesta de proyecto final de carrera de Dirección. Y el ilustrador, Daniel García, comunicador audiovisual, guionista de programas infantiles, y experto en videoarte.

El trasfondo

Según sus creadores, A la luna nació de la necesidad de hablar del mundo adulto a través de la mirada de los niños. El padre de Tara tiene un oficio que a ella le parece genial: fabrica cajas, de todas las formas y tamaños. En ellas la niña guarda las cosquillas que le hace el abuelo, los besos de buenas noches, y los secretos. Sin embargo, el padre dedica la mayor parte de su tiempo a contarlas y evaluar su rentabilidad. La historia invita a reflexionar sobre cómo nos relacionamos con los niños, poniendo de relieve en este caso las diferencias de actitud entre el padre (basada en la rigidez y el autoritarismo) y el abuelo (guiada por la ternura, el cariño y la fabulación). Tara se lamenta de lo difícil que es que los mayores tomen a los niños en serio..., y acabará llevando sus creencias hasta el límite que le imponen los adultos.

Un momento de A la Luna
Recorrido

Después de más de cien representaciones por toda la geografía española, en sólo un año los gansos de Tara ya han viajado a lugares como el festival Off de Avignon, Buenos Aires o París, donde se exhibe actualmente en la Grande Comedie. Mientras se prepara para volar a China el año que viene, A la luna tiene el honor -y la responsabilidad- de ser el primer espectáculo familiar que desembarca en el Pavón Teatro Kamikaze.

Un formato que aúna tradición y tecnología para contar una historia inconformista y conmovedora, que pone en valor la libertad, el poder de la imaginación, y los vínculos familiares. No daremos más pistas sobre esta aventura, para no desvelar las sorpresas..., ¡hay que apuntarse al viaje!

Cartel de A la luna

A LA LUNA
De Cynthia Miranda y Daniel García (Voilá Producciones)

Pavón Teatro Kamikaze

Dirección: Cynthia Miranda
Animación, vídeos y mapping: Daniel García
Música original: Óscar Botello
Intérpretes: Esther Díaz de Mera, Juan Pedro Schwartz (voz) y Víctor Manuel Coso (voz)

Duración: 50 minutos
Edad recomendada: A partir de 4 años
Funciones: 17, 18, 26, 27, 28, 29 y 30 de diciembre de 2016
                   2, 3, 4, 7 y 8 de enero de 2017
Horario: 12:00 h.

No hay comentarios:

Publicar un comentario