lunes, 26 de septiembre de 2016

Slava's Snowshow en los Teatros del Canal o amar el teatro como niños

La ciudad de Madrid ofrece privilegios como poder disfrutar de vez en cuando de espectáculos excepcionales. Slava's Snowshow es uno de ellos, una función que lleva veinte años girando por escenarios de todo el mundo, y que recala en la Sala Roja de los Teatros del Canal en este inicio de otoño para fascinar a pequeños y mayores.

Qué gusto da ver un gran teatro lleno de niños, y de adultos entusiasmados volviendo a sentirse como niños. Porque la tropa de payasos que nos trae Slava Polunin, uno de los clown en activo de mayor prestigio internacional, nos hace conectar con nuestro niño interior, nos invita a jugar, nos vuelve a hacer reír con las bromas más simples de la tradición del circo clásico (vivan esos personajes gamberros mojando al público con paraguas rotos, haciendo equilibrios imposibles con sus zapatones, enredándose en cuerdas o telas de araña, compitiendo por dirigir la intensidad de los aplausos, manejando objetos gigantescos, chinchándose entre sí...).

El clown Slava Polunin atraviesa el patio de butacas

El tiempo de los payasos

Con ellos se acabó la idea preconcebida de que las funciones hay que verlas sentados y quietos en las butacas, guardando un respetuoso silencio. Aquí vuelan las carcajadas imprevistas, hay onomatopeyas irrepetibles cargadas de sentido, movimientos asombrosos dentro y fuera de escena. Un caótico jolgorio en el que la interacción de los artistas con el público acaba en disparate absoluto, hasta alcanzar el apoteósico final; de los momentos más épicos que se hayan visto jamás sobre un escenario.

Andamos inmersos en una sociedad donde todo ocurre muy deprisa, los quehaceres diarios, las citas..., las imágenes esquizoides nos asaltan continuamente y no nos permiten parar. Ante ello, Slava Polunin -presidente de la Academy of Fools- y sus colegas nos sumergen en una dimensión que requiere calma para mirar, comprender y sentir. Alegremente, nos detenemos con ellos a intentar capturar pompas de jabón con un cazamariposas, a volvernos enanos o gigantes, a rodar bolas de luz, a bailar un amor de ensueño con un perchero... En definitiva, a probar a hacer cosas diferentes, igual que los niños pequeños cuando todo está por aprender y sólo cabe el asombro.



Grupo de payasos cantando en Slava's Snowshow

Una experiencia teatral

Quien vaya a Slava's Snowshow no va a ver una obra, ni va a asistir a un gran número circense: va a vivir una experiencia teatral. No hay argumento; el show es una sucesión de poéticas escenas, sin tiempo ni espacio concretos, plagadas de imágenes de una extraordinaria belleza plástica, impulsadas por el rugir de una locomotora, hilvanadas por potentes fenómenos atmosféricos, y mecidas por una banda sonora clásica (temas oídos mil veces, pero que aquí se tornan mágicos y oportunos).

En un contexto en el que la mayoría de las producciones escénicas se realizan con escenografías minimalistas y estáticas, buscando la economía de medios, sorprende ver un montaje que utiliza con provecho tantos recursos teatrales. Mención especial merece, además, la labor de los técnicos de maquinaria, tramoyistas y utileros; todo el personal que trabaja detrás de la función para que lo que ocurre a la vista de todos se antoje maravilla.

Payasos entre el público en Slava's Snowshow

Después de estar en este espectáculo -y hasta varios días después-, perdura la sonrisa tierna en los labios y en la retina, y también los papelitos de nieve con los que nos cubrió la tormenta, que siguen revoloteándonos entre el pelo y la ropa.

La única objeción, tal vez, es el volumen de la música, demasiado estridente en ocasiones. Y poco más contaremos para no desvelar sorpresas... ¡Ah!, hay que coger sitio en butacas de platea para participar al máximo de todos los detalles.
Slava's Snowshow, una de esas pocas obras que no hay que perderse. Sin duda: vayan con los niños a ver este montaje y amarán el teatro toda su vida.

Slava Polunin en mitad de la tormenta

“Slava Snowshow”, de Slava Polunin Company

Teatros del Canal. Sala Roja.
Hasta el 9 de octubre de 2016.
De martes a viernes 20:00 h.
Sábados: 17:00 y 21:00 h.
Domingos: 17:30 h.
Duración: 1 hora y 40 minutos (incluido intermedio)
Edad recomendada: Espectáculo familiar. Aunque la compañía lo cataloga para mayores de 8 años, creo que a niños a partir de 6 que estén receptivos les impactará.

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