Después de 24 años de programación, el Teatro de Títeres de El Retiro baja el telón. Según denuncia en este comunicado la Asociación cultural Titirilandia, que se ocupaba hasta el momento de su gestión, el Área de Cultura y Deportes del Ayuntamiento de Madrid ha decidido dejarlo sin programación temporalmente por mejoras y acondicionamiento del espacio. Confiemos en que efectivamente este cierre sea puntual, y en que muy pronto se restablezca la tradicional cita con los títeres en el Retiro los fines de semana.
Vista general del Teatro de títeres del Retiro |
“Flox, la caja y las nubes”: una invitación a recuperar la capacidad de asombro
El último sábado de agosto, fuimos de los pocos afortunados que llenábamos la grada del teatro de títeres del Retiro para asistir a la propuesta de una compañía griega con nombre de hechizo mágico: Firdin Migdin. Era Flox, la caja y las nubes, la historia de una niña que soñaba despierta que volaba y bailaba, la última de las producciones internacionales escogidas en el Festival Titirilandia que se ha celebrado este verano.
Aunque el teatro del Retiro suele contar con un público regular que se agolpa desde media hora antes de que comience el espectáculo para coger sitio, supongo que la mayoría de las familias que estábamos allí la tarde del 27 ignorábamos la delicia que íbamos a tener el placer de contemplar. Ése es el riesgo y a la vez la maravilla de los espectáculos 'de calle', con los que es habitual que uno se tope por casualidad, sin haberse guiado por publicidad ni reclamos previos; sin pagar una entrada.
En este caso, dos jóvenes titiriteras camufladas de negro comenzaban dirigiéndose al público para compartir su rito pre-escénico, una especie de masaje colectivo, y solicitar un soplido inmenso que despertara a la protagonista del cuento, Flox, bella durmiente dentro de una sombrerera. Los buenos augurios cristalizaron en un hermoso cuento visual, conducido sólo por la acción directa y la música, capaz de encandilar a pequeños y mayores.
Madre e hijo atentos a la representación |
Sin texto alguno, utilizando materiales sencillos y orgánicos (madera, cartón, tela, plumas…), recursos escénicos mínimos (melodías evocadoras de la cultura popular griega, tres trastos convertibles sobre una mesa negra, un par de focos), y buenas dosis de mimo y delicadeza, Firdin Migdin logra una preciosa función llena de magia.
Al poquito de empezar, de pronto, la muñeca, de tanto bailar -como una humilde Cenicienta-, perdió un zapato. ¡Son cosas que les pasan a los títeres!; también las niñas cojas sueñan, imaginan, y bailan… Así que el show prosigue.
Y Flox se entretiene con el vuelo de una mariposa en un pueblo pintado de edificios sinuosos, o con los fantásticos muebles de su habitación (un armario que esconde un barco velero que navega sobre las olas, una cama que eleva el vuelo sobre las nubes, una cómoda de la que surgen cantarinas flores…)
Detalle de la función de "Flox, la caja y las nubes" |
De repente, en el momento álgido de diversión, de la nada aparece una mano gigante con un índice inquisidor y mandón, que nos lleva a reflexionar sobre la forma autoritaria e implacable con la que a veces tratamos a los niños… Pero Flox acaba columpiándose sobre ella. También surge una gran bola marrón, carga de responsabilidad a la espalda de la niña, que ella acaba transformando en un globo en el que volar.
El juego con los símbolos siempre invita a la apertura de posibilidades y despierta la capacidad de fantasear…, de manera que la historia admite múltiples interpretaciones según cada mirada. Ciertamente, la obrita funcionará mejor en un espacio cerrado, pequeño, con el aforo controlado, las luces dirigiendo la atención…, pero aun así, se obró el asombro.
La principal satisfacción, el entusiasmo de nuestro hijo, que atendía a todo cuanto sucedía en el escenario, bailaba alegre con la muñeca, le gritaba desde su sitio, aplaudió con ganas cuando acabó, y tuvo ocasión incluso de tocarla y despedirse de ella.
Un niño se despide de Flox |
Tras el aplauso final, avalancha de felicitaciones para Zoi Vlassi y Natassa Tapaki, las componentes del grupo Firdin Migdin, por la belleza de la fábula, y por la exhibición de técnica, precisión, y coordinación con un títere de varillas tan articulado. Ambas son licenciadas en teatro por la Universidad de Tesalónica, y han estudiado en la RESAD. Trabajan juntas desde 2004, buscando formas de narración teatral y poesía a través de la imagen, los objetos, la música y el movimiento. Actúan para niños y adultos en teatros, escuelas, museos, calles y plazas. Han participado en varios festivales internacionales de títeres en Grecia y el extranjero. De sus viajes vuelven con las maletas llenas de colores, sonidos, amigos, ideas y ganas de continuar volando con sus títeres.
¡Habrá que estar muy atentos si vuelven a estar programados en Madrid!
“Flox, la caja y las nubes”
Compañía: Firdin Migdin
Duración: 50 minutos aprox.
Edad recomendada del público: Espectáculo familiar. Los niños a partir de 2 años lo disfrutarán.
Petición en change.org para apoyar al Teatro de Títeres del Retiro de Madrid:
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