jueves, 23 de enero de 2020

Boom del teatro documental en la reapertura del Galileo con la triple Fiesta de Lucía Miranda

Nos invitan a la Fiesta que The Cross Border Proyect ha montado en el Teatro Galileo, gozadera escénica que es ya un runrún, y nos encontramos con que la fiesta es triple: se extiende al patio de butacas y prosigue después en las aulas y en las casas familiares ampliando los espacios de debate y celebración. Fiesta, Fiesta, Fiesta trenza las historias de los siete magníficos, -un grupo de estudiantes de tercero de la ESO de un instituto español- e ilumina sus mundos con el propósito de dar poder y visibilidad a chavales que raras veces son protagonistas de las ficciones que consume el  gran público. Una apuesta de teatro documental verbatim, (confeccionado a partir de entrevistas a personas reales) que fue finalista a mejor autoría de los XXII Premios Max, servida por un reparto coral y ardoroso que provoca el entusiasmo en cada sala que la acoge. Anoten esta etiqueta: #YoSoyDe... el buen teatro para todos los públicos.

Un momento de Fiesta, fiesta, fiesta, de The Cross Border Proyect
Cuando se empieza a correr la voz del "no te lo pierdas" enseguida pica la curiosidad a los teatreros y poco a poco ésta crece en círculos concéntricos: mucho público en familia y procedente de la comunidad educativa llenaba las gradas del Teatro Galileo, al saberse una propuesta concebida y enfocada desde y hacia el mundo adolescente (se admite el pase a la Fiesta a partir de trece años)
La compañía fundada por Lucía Miranda, The Cross Border Project, tejedora de proyectos teatrales-educativos, lleva girando este trabajo desde 2016. Ya se presentó en Madrid en el Teatro Español agotando localidades, y va camino de lograr lo mismo en el Galileo, espacio municipal cuya reapertura festejamos, que aspira a convertirse en estandarte del teatro para público juvenil en la capital, así como en vivero de dramaturgias contemporáneas, como ocurre en otras ciudades. Juan Jiménez, director de los Luchana, ha tomado recientemente el mando de la sala de máquinas, y los estrenos programados en este arranque del año auguran ya una temporada prometedora.

Un momento de Fiesta, fiesta, fiesta, de The Cross Border Proyect
La dramaturga, directora y arteducadora Lucía Miranda, becada por el INAEM para crear Fiesta, fiesta fiesta dentro del V Programa de dramaturgias actuales recogió -grabadora en mano- los testimonios de casi cuarenta personas de un instituto público de secundaria: alumnos, profesores, madres y personal no docente. Después ordenó todo ese material vasto y complejo con lucidez quirúrgica hasta dotarlo de nexos y capilaridad. El resultado es una obra de hondo calado social, que estalla en  los escenarios en un momento de pleno auge del teatro documental en España, y que demuestra que hay nuevas y muy honestas formas de levantar un montaje desde cero.

Más de tres motivos de alegría para acudir a verla


Porque rebosa humanidad al retratar a personas reales, no a personajes verosímiles, a quienes todos reconocemos, y a los que se acaba cogiendo cariño: los estudiantes Nate, Kamila, Farah, Mustafá, Hugo, Ionut, Xirou y la entrañable conserje que es como la mami de todos ellos, Alma del instituto, que acabará siendo presa de las injusticias burrocráticas de la Administración.
Por la visión crítica hacia el tinglado de cuerda floja en que se sustenta el sistema educativo español.
Porque contrasta sensibilidades, disecciona estereotipos, transmite, emociona, y pone luz sobre conflictos que son el día a día de los chavales en sus clases: los ligues interraciales frente a los casamientos concertados, los anhelos que se topan con la imposición familiar, la marginalidad, ser pobre hasta pasar hambre, la polémica inagotable del velo de las chicas musulmanas, el mestizaje cultural y los otros conceptos de patria. Todo un torrente de ideas conducido con sagacidad y mesura.
Por la creatividad para encontrar acciones, potenciar la empatía, trascendiendo los dramas personales y entreviendo en sus resquicios la comedia. No se puede contar de forma más idónea que con sombras chinescas la cotidianidad de una jornada de trabajo en un restaurante chino. También ensombrecida, la chica a la que sus padres no permiten tocar la viola nos estremece. 

Aún más: por la seguridad y la convicción sobre la oportunidad del proyecto que la autora imprime a su creación, a todo el equipo, y que traspasa a los espectadores activando su receptividad gracias a los muy enjundiosos coloquios post-función. Hasta el punto de que la propia génesis del proyecto, el cómo se hizo, resulta tan relevante como el qué se hace en escena, arrojando fuerza, verdad, identidad.  
Y ritmo, ritmo, ritmo, para esta Fiesta, fiesta, fiesta.

Un momento de Fiesta, fiesta, fiesta, de The Cross Border Proyect
Que los actores se desplieguen en varios personajes no supone novedad; sí lo es que todos ellos lo hagan con tal afinación corporal, vocal y emocional, valiéndose apenas de un atributo físico -capucha, pañuelo, gafas...- para cada composición, y trabajando el humor sin llegar a la caricatura. No hay fisuras en un elenco que se encuentra en estado de alerta permanente y desbordante de energía, con la dificultad de sostener un texto articulado en buena parte en monólogos, raíz transcrita de las fuentes de manera literal. 
Habrá que estar muy atentos al nuevo proyecto en el que están trabajando, Generación Global, un laboratorio de creación escénica con jóvenes de entre 14 y 18 años de distintos orígenes, con especial atención a migrantes y refugiados, que se presentará en junio en Conde Duque.

Fiesta, fiesta, fiesta

Producción: The cross border proyect
Dirección y dramaturgia: Lucía Miranda
Reparto: Anahí Beholi, Huichi Chiu, Saturna Barrios, Ángel Perabá, Efraín Rodríguez
Escenografía: Javier Burgos
Coreografías: Ángel Perabá
Lugar: Teatro Galileo
c/ Galileo, 39, Madrid
Funciones:
23, 24 y 25 de enero a las 20:30 h.
Duración: 100 minutos
Edad recomendada: A partir de 13 años

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