Imagen de Funamviolistas |
¿Teatro musical o música teatralizada?, ¿fábula cómica o concierto dramatizado? No queda claro dónde está el límite en esta propuesta, pero tampoco importa, cuando es patente que la sinergia entre géneros y disciplinas sirve para alumbrar nuevos lenguajes escénicos tan gozosos y flamantes, desde el virtuosismo técnico, la expresividad gestual y la comunión de sonido y movimientos.
The Funamviolistas, tres chicas sobre un escenario apenas atrezzado por un banco y una farola, estampa nostálgica y solitaria de cualquier parque donde se entrecruzan tres caminos. Tres chicas cuya historia se cuenta sin palabras, porque sus voces son la música que brota de un violín, una viola y un contrabajo. Y sin embargo, nada de clásicas. Tres auténticas bestias escénicas (Ana Hernández / Sarai Pintado, Mayte Olmedilla, Lila Horovitz) que son instrumentistas, cantantes, actrices-cómicas, bailarinas y casi acróbatas, para quienes su instrumento es una prolongación de ellas mismas, otro miembro orgánico o trozo adherido de piel.
Según avanzan las escenas, resulta cada vez más asombroso verlas tocar de todas las maneras posibles, casi a oscuras, en posturas ciertamente insólitas, a la vez que caminan, bailan, compiten, se interpelan... Los instrumentos son personajes con los que exploran otros usos, más allá de extraer melodías de ellos: son soportes, camastros, maletas, amantes, sombrillas, objetos de percusión...
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En palabras de su director, Rafael Ruiz, "las Funamviolistas crean ilusiones sin chistera, sonrisas sin nariz roja, y hacen temblar al público sin alambre, subidas al gesto y las cuerdas de sus violines". Y es verdad que el público tiembla; de la emoción de sentir nacer la música en directo -lo que acostumbramos poco-; de asistir a la pura creación en el instante; de experimentar la belleza que no se puede apresar.
Inolvidables la escena del can-can en calzas, la disputa entre el violín y la viola, el solo en puntas de la violinista rescatando el tema principal de la película In the mood for love, la sensualidad del tango bailado con el contrabajo como pareja, la barcarola asida a un mástil que sobrevive a la tormenta, el arrebatado Invierno de Vivaldi (imposible no incluirlo en repertorio), la impactante imagen final de las tres siluetas retroiluminadas derrochando pasión a ritmo de Piazzolla...
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Bien resueltas, a pesar de su dificultad, las transiciones entre escenas, con oscuros que sobrecogen e invitan al aplauso. Quizá convendría poner más atención en el trabajo de suelo, especialmente en proscenio, ya que la inclinación del graderío de la Sala 2 de los Luchana, que antes fuera un cine, resta un poco de visibilidad, por lo que sería más adecuado intentar llevar ciertas partes de la acción algo más hacia el fondo del escenario.
No os perdáis este espectáculo colmado de talento, ideal para compartir en familia; tanto adultos como chavales acabarán maravillados, con ganas de ver más teatro, y de escuchar o aprender más música. Será inevitable salir tarareando la cancioncilla de Les triplettes de Bellville, que las Funamviolistas adoptan como himno...
THE FUNAMVIOLISTAS
Comedia musical
Teatros Luchana (Calle Luchana, 38, Madrid)
Dirección: Rafael Ruiz
Reparto: Ana Hernández / Sarai Pintado (violín), Mayte Olmedilla (viola), Lila Horovitz (contrabajo)
Fechas: 5 y 19 de febrero; 11, 12 y 19 de marzo de 2017.
Horarios: 19:30 h.
Duración: 75 minutos
Edad recomendada: Espectáculo familiar. Fascinará a chicos/as a partir de 9 años, o incluso algo menores, si están muy motivados con la música.
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